domingo, octubre 30, 2005

TOCA MADERA











Toca madera
(Joan Manuel Serrat)

Nada tienes que temer,
al mal tiempo buena cara,
la Constitución te ampara,
la justicia te defiende,
la policía te guarda,
el sindicato te apoya,
el sistema te respalda
y los pajaritos cantan
y las nubes se levantan.

Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.

Y métete en el bolsillo
envuelta en tu carta astral
una pata de conejo
por si se quiebra un espejo
o se derrama la sal.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el "no hay billetes"
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.

Nada tienes que temer...
Arriba los corazones...
Nada tienes que temer
pero nunca están de más ciertas precauciones.

Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.

Que también hacen la siesta
los árbitros y los jueces.
Con tu olivo y tu paloma
camina por la maroma
entre el amor y la muerte.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el "no hay billetes"
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.

Y ajústate los machos,
respira hondo,
traga saliva,
toma carrera,
y abre la puerta,
sal a la calle,
cruza los dedos,
toca madera.

Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.


Video de http://www.youtube.com/user/jaumequalsevol

Imagen de Google

viernes, octubre 21, 2005

Joan Manuel Serrat en "Revista Wikén"


Joan Manuel Serrat en "Revista Wikén"

"Ahora valoro mejor el dolor ajeno"

viernes 21 de octubre de 2005
© El Mercurio (Chile)
"Revista Wikén"


Tras superar un cáncer en tiempo récord, el cantautor catalán tiene la agenda a tope con su espectáculo "100 x 100 Serrat", que estará en Chile el 11 y 12 de noviembre. Reconoce que el ritmo trepidante de esta gira le ha ayudado a superar el mal trago. "Fue una experiencia fuerte, traumática, que te golpea y no sabes dónde te va dejar", confiesa en una entrevista con "Wikén".

Beatriz Silva, corresponsal en Barcelona

Joan Manuel Serrat no para. Desde que comenzó su gira "100 x 100 Serrat" en mayo - una revisión de sus canciones más conocidas acompañado sólo por su guitarra y el piano de Ricard Miralles- , ha ofrecido más de un centenar de conciertos. Una cincuentena de ciudades españolas y Colombia han disfrutado de este espectáculo en el que Serrat vuelve a sus orígenes: conciertos sencillos e íntimos en los que la voz es la gran protagonista. Y las entradas se agotan al mismo tiempo que se ponen a la venta. En noviembre visitará Chile, Argentina y Uruguay y en enero le tocará a México. Entre medio tiene actuaciones programadas casi todos los días. La semana pasada estuvo en Madrid, ésta en Barcelona y la próxima en San Sebastián. Y en sus pocos ratos libres ultima las canciones de su nuevo disco en catalán, que comenzará a grabar estos días.

Recuperado de un agresivo cáncer a la vejiga, Serrat parece querer atiborrarse de vida y de música.

- ¿De donde saca tanta energía? ¿No se cansa?

"(Risas)La verdad es que me canso, pero también me recupero bastante bien. Podría haberme planteado una gira mucho más modesta, más sencilla, pero las cosas tenían que volver a la normalidad lo antes posible. La única manera de conseguir esto era forzar un poco el pedal, trabajar sobre el escenario con mayor intensidad. Ha sido la manera de reconocer que estaba en perfectas condiciones. Ahora soy una persona sana, recuperada para mi oficio, para mi familia y para mi gente".

Se le ve contento, saludable y risueño, pero más serio y menos juguetón que antes, como si un tornado hubiera sacado las cosas de su sitio. Él dice que es el mismo de siempre, pero la experiencia de afrontar un cáncer lo ha cambiado. Habla en un tono cercano e íntimo, como los niños cuando quieren revelar un secreto.

"Antes de volver a trabajar hubo una lucha intensa entre el Serrat que no quería dejarse vencer y que arremetió con furia contra el Serrat plácido, al que no le importan los aplausos y los escenarios y que quería dejarse llevar. Volví lo antes posible, no tanto por reencontrarme con la gente, aunque también, sino por demostrarme a mí mismo que estaba en condiciones para trabajar, que podía responder a lo que el público merece".

- ¿La música le ayudó a recuperar la normalidad?

"Sí, me ayudó a sobrellevar todo el proceso. Desde que me diagnosticaron el tumor (en 2003) no dejé nunca de hacer música. En ese momento tenía contratos con distintas orquestas por la gira "Serrat sinfónico" e íbamos conciliando los conciertos con el tratamiento. Todo se pudo hacer. No fallamos ningún concierto y ningún tratamiento y nadie notó nada raro. Desgraciadamente el tratamiento no sirvió y después de un año y medio en esto, hubo que tomar la drástica decisión de operar. Ahí sí tuve que dejar de cantar porque en el hospital no me dejaron", dice riendo.

La operación a la que se sometió en noviembre del año pasado fue para extirpar un carcinoma de vejiga. Unos días después anunció que todo había salido bien y un mes más tarde estaba de nuevo sobre un escenario como si nada hubiera pasado. Desde entonces, no da casi entrevistas. Como si no quisiera hablar del tema.

"No lamento haber pasado por todo esto, porque he aprendido mucho. Afrontar una experiencia fuerte, traumática, que te pilla de una forma inesperada, te golpea y no sabes dónde te va a dejar sin sacar provecho, me parecería un acto de supina estupidez. Porque el hombre, al fin de cuentas, está en esta vida para aprender", dice y se pone serio, como si una nube negra hubiera inundado de pronto la habitación del hotel donde se desarrolla la entrevista.

- ¿Qué ha aprendido de todo esto? ¿Valora más la vida?

"No, creo que no he aprendido a valorar la vida porque para mí siempre ha sido lo más importante. Ni he aprendido a valorar a mis amigos ni a mis amores ni a mis amantes, porque siempre he sabido que sin ellos no soy absolutamente nada. Seguramente lo que más he aprendido a valorar es el dolor ajeno. A colocarme en una situación en la que otros han estado y estarán. Y darme cuenta que cuando algo así te ocurre, no eres el único. He aprendido a medir el miedo ajeno, la desesperación ajena, el coraje ajeno. Es una circunstancia como de abandono, aunque esa no es la palabra. No sé cómo definirla...".

Se emociona. Piensa un rato, suspira y continúa. "Es una situación en la que uno no puede hacer nada más que esperar que algo funcione, algo que no depende de ti y no está en ti. No sé si me explico (sonríe)".

- ¿En algún momento sintió desesperación?

"No. Si en algún momento pensé que por qué me estaba ocurriendo esto a mí y no al señor que pasaba por la vereda del frente, a los cinco segundos me llamaba a mí mismo pelotudo porque ¿quién sabe qué le pasa al señor de la vereda del frente?".

- ¿Le agobia hablar de esto?

"No me importa hablar de ello siempre y cuando sea útil para que alguien que lo pueda leer le ayude en lo que le está ocurriendo. Si es en otro sentido, no tengo interés porque no quiero sentirme como una atracción de feria. Esto es algo que le sucede a buena parte del común de los mortales, yo no soy un ser especial. Cuando hablo de esto, es porque creo que puedo ayudar a otros a entender lo que les va a ocurrir. Hay tantos miedos escondidos en cosas que ignoramos. Yo me preguntaba qué va a ocurrir, cómo voy a quedar, cómo voy a manejar esta nueva situación".

- ¿Todo esto se verá reflejado en su nuevo disco?

"No tengo la menor idea. Yo no he buscado nada, pero tampoco puedo decir que no, porque no lo sé muy bien. El subconsciente trabaja por su cuenta. Seguramente cuando salga el disco, alguien dirá que algo de aquello está presente en las canciones, pero yo le puedo asegurar que no ha habido ninguna voluntad de mi parte".

En los últimos meses han salidos dos discos de homenaje, el de artistas cubanos ("Cuba le canta a Serrat") y el de sus colegas españoles ("Serrat, eres único!"). Él valora el cariño del público, pero también tiene una mirada crítica respecto de este tipo de trabajos. Asume que los discos tributos son resultado del tiempo discurrido, de sobrevivir durante 40 años en un oficio difícil y de haber dejado un manojo de canciones que interesan a los demás. "Esto ha generado algunas dosis de afecto entre los compañeros. Pero a esto hay que unirle también el interés de las compañías discográficas que hacen negocio con todo esto. Sé que al decir esto rompo el sentido idílico de la pregunta que me hace, pero la verdad es que siempre hay una compañía que gana dinero con estas cosas. En este negocio no participan ni los artistas, que aportan su trabajo, ni tampoco el homenajeado. En el mundo del espectáculo al artista se le usa sin cesar. Esto ocurre desde que el tiempo es tiempo. Pero el artista tiene ese punto maravilloso de que a pesar de que esto es así, él sigue siendo artista".

- Durante su enfermedad todo el mundo ha estado pendiente de usted.

"Creo que mayoritariamente el interés es por cariño, y lo agradezco, pero también puede ser curiosidad. Cadaquien se interesa por razones diferentes. Yo creo que el cariño de la gente, sean colegas de oficio o no, es un acto de confianza. La gente me quiere porque confía en mí, no sé bien por qué pero es así. A otros se les puede querer por otra cosa pero a mí se me quiere por esto".

- ¿Piensa retirarse alguna vez ?

"Supongo que sí, me tocará. Uno se retira del escenario porque encuentra algo que le divierte más, porque la gente lo baja del escenario o porque ya no tiene fuerzas. Estas son las tres razones porque un artista se retira. No conozco otra. De momento a mí me divierte hacerlo, tengo fuerzas y la gente me quiere".

- Siempre se le ve radiante, feliz en el escenario.

"Es que el escenario da una posibildad de comunicarse, de contar cosas a la gente, de recibir una cantidad de vibraciones magníficas. Esto no se siente haciendo discos ni trabajando en televisión, sino solamente en la cercanía del cuerpo a cuerpo. Pero no siempre soy feliz en el escenario. Me siento feliz cuando me salen bien las cosas. En algunos momentos sufro mucho porque me doy cuenta que no están saliendo bien. La gente no se da cuenta, pero los que estamos arriba del escenario lo notamos y nos amarga".

- ¿Es un hombre feliz?

"Feliz a ratos, como un hombre puede aspirar a ser feliz. Lo que sí le puedo decir es que voy siempre con las manos abiertas, esperando a que caigan las gotas de felicidad. Estas gotas escasas y distantes que caen y que hay que estar atento para que no te las robe el viento".

Su nuevo disco, Mo

Mo. Así se llamará el nuevo disco de Joan Manuel Serrat que saldrá a la venta en marzo y que estará compuesto por 12 canciones en catalán. Serrat, que se decidió por este nombre durante la entrevista con "Wikén", se inspiró en la ciudad de Maón, capital de la isla de Menorca, donde el cantautor pasa gran parte de su tiempo.

"La ciudad se llama Maón en castellano y Maó en catalán, pero los vecinos la llamamos simplemente Mo. El disco incluye una canción de homenaje a Menorca y es también un homenaje en sí mismo porque la mayor parte de estas canciones las he compuesto en la isla", explica.

Serrat reconoce que es un nombre raro - "suena a chino", bromea- , pero asegura que es "un disco bello. Muy trabajado, con mucha profundidad, donde no he dejado márgenes al relleno. Yo no sacaría absolutamente nada y añadiría seguramente lo que me falta en estos momentos por escribir", dice. Pese a esto, reconoce que será un disco en catalán y que se venderá muy poco porque es un mercado muy pequeño. "Pero los catalanes ya sabemos la limitación de nuestro mercado. A pesar de esto, no quiero dejarlo. Es mi lengua más íntima".



Informaciòn http://www.fernandoflores.cl/node/832
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